La designación del cardenal Roger Mahony, arzobispo emérito de Los Ángeles, para participar en la ceremonia de cierre del ataúd del Papa Francisco, programada para el 25 de abril en la Basílica de San Pedro, causó controversia. A sus 89 años, Mahony, una figura prominente en la Iglesia católica estadounidense, carga con un historial empañado por acusaciones de encubrir abusos sexuales.
Nacido el 27 de febrero de 1936 en Hollywood, California, Roger Michael Mahony fue ordenado sacerdote en 1962 para la diócesis de Fresno-Monterey. Su carrera eclesiástica fue meteórica: obispo de Stockton en 1980, arzobispo de Los Ángeles en 1985 y cardenal en 1991, nombrado por Juan Pablo II.
Durante su mandato en la arquidiócesis más grande de Estados Unidos, Mahony se destacó por su activismo en favor de los inmigrantes latinos y los trabajadores agrícolas, ganándose admiración en círculos progresistas. Sin embargo, su legado quedó marcado por el escándalo de abuso sexual que estalló bajo su liderazgo.
En 2013, documentos judiciales obligaron a la arquidiócesis de Los Ángeles a revelar cómo Mahony y su vicario, Thomas Curry, encubrieron abusos sexuales cometidos por decenas de sacerdotes. En lugar de denunciar a los abusadores, Mahony los trasladaba a otras parroquias o centros de tratamiento.
Su participación ya había sido polémica en el cónclave de 2013

La participación de Mahony en el cónclave de 2013, que eligió al papa Francisco, también fue polémica, pues su sucesor, el arzobispo José Gómez, lo había relevado de funciones públicas en Los Ángeles semanas antes, una sanción rara en la Iglesia.
Organizaciones como SNAP (siglas en inglés para la Red de Sobrevivientes de Abuso por Sacerdotes) y feligreses exigieron entonces que no asistiera, considerando su presencia una afrenta a las víctimas. Mahony, entonces elector por ser menor de 80 años, defendió su participación como un deber, asistiendo pese a las protestas y la sanción de Gómez.
Roger Mahony ha pedido perdón públicamente en varias ocasiones por su manejo de los casos de abuso sexual en la arquidiócesis de Los Ángeles. En 2002 emitió una disculpa inicial, reconociendo que había cometido errores al no abordar adecuadamente las acusaciones contra sacerdotes. En una carta pastoral, expresó remordimiento por el daño causado a las víctimas y prometió implementar medidas más estrictas para prevenir futuros abusos.
En 2013, tras la publicación de documentos judiciales que detallaban su encubrimiento de abusos, Mahony ofreció otra disculpa más extensa. En un comunicado, admitió que no manejó los casos de manera adecuada, especialmente al permitir que sacerdotes acusados, como Michael Baker, continuaran en contacto con menores.

“No hay excusa para lo que ocurrió. Pido perdón a todas las víctimas y a sus familias por el dolor que han sufrido”, dijo en esa ocasión. También afirmó que actuó según los protocolos de la época, que a menudo priorizaban la confidencialidad y el tratamiento de los agresores sobre la denuncia a las autoridades.
Además, en su blog y en entrevistas, Mahony ha reiterado su arrepentimiento, describiendo los escándalos como una “lección dolorosa” para la Iglesia. Sin embargo, sus disculpas han sido criticadas por organizaciones de víctimas, como SNAP, que las consideran insuficientes y tardías, especialmente porque Mahony no enfrentó consecuencias legales y mantuvo su estatus como cardenal.
¿Por qué fue designado para participar en esta ceremonia?

Su designación para el rito de cierre del ataúd de Francisco, como cardenal presbítero de mayor antigüedad disponible, responde a un protocolo litúrgico descrito en el Ordo exsequiarum Romani pontificis. Matteo Bruni, director de la Oficina de Prensa del Vaticano, explicó que la elección fue “una cuestión de precedencia” en el Colegio de Cardenales, donde Mahony, cardenal desde 1991, es uno de los presbíteros más antiguos presentes en Roma.
El Oficio para las Celebraciones Litúrgicas confirmó que Mahony estará junto a otros siete cardenales en el sellado, liderados por el camarlengo Kevin J. Farrell. Mahony expresó sentirse “sorprendido y honrado”, destacando su “amistad especial” con Francisco.
INFORMACIÓN: EL HERALDO DE MÉXICO