El llanto de una familia resuena en el interior de una vivienda al poniente de Puebla. Velas encendidas, flores blancas y el ataúd del pequeño Cristopher yacen en el centro tras no sobrevivir a un accidente.
El 11 de marzo, él y su madre, Emily, cruzaban la calle cerca de la Central de Abasto cuando una camioneta los embistió. El impacto fue brutal, provocando que el niño quedara gravemente herido.
A pesar de los esfuerzos de los médicos para salvarlo, el pequeño de 2 años no sobrevivió. Su madre sigue hospitalizada, sin saber que su hijo ha partido.
El dolor de los deudos se mezcla con la impotencia. El responsable huyó a bordo de una camioneta color arena y, hasta ahora, permanece prófugo.
Mientras Emily lucha por su vida, su familia enfrenta un duelo inconsolable. Amigos y vecinos acompañan el velorio, con el corazón oprimido.
Ya en el panteón de San Aparicio, nadie encuentra consuelo, solo esperan que el culpable no quede impune.
Los seres queridos de Cristopher solicitan apoyo ciudadano. Si alguien tiene imágenes o videos del accidente, ruegan compartirlas de forma anónima.
Cada prueba es crucial para que la justicia alcance al responsable.
El eco del llanto sigue llenando la casa. La ausencia de Cristopher pesa en cada rincón, donde su madre, aún inconsciente, no sabe que su mundo cambió para siempre.
