Anthony Wainwright, de 54 años, fue ejecutado este martes 10 de junio, por la noche mediante la inyección letal en la Prisión Estatal de Florida, casi 31 años después de haber participado en el secuestro, violación y asesinato de Carmen Gayheart, una joven madre de 23 años.
Wainwright fue declarado muerto a las 18:22 horas, según informó un portavoz del gobernador Ron DeSantis y la ejecución, llevada a cabo en el Centro de Correcciones de Florida, cerró un largo capítulo judicial iniciado en 1994, cuando el entonces reo escapó de prisión junto a su cómplice Richard Hamilton.
Durante sus últimas palabras, Wainwright se dirigió directamente a su esposa, Samantha, agradeciéndole su apoyo y expresando su amor con una cita de la película La princesa prometida.
“La muerte no puede detener el amor verdadero. Solo puede retrasarlo un poco. Espero que mi muerte les traiga paz y sanación”, dijo Anthony Wainwright
¿Qué hizo Anthony Wainwright para ser llevado a la ejecución?
El 24 de abril de 1994, Wainwright y Hamilton escaparon de una prisión en Carolina del Norte y días después, mientras huían hacia el sur en un vehículo robado, secuestraron a Gayheart en un estacionamiento de supermercado en Lake City, Florida.
La joven madre se disponía a recoger a sus hijos, de tres y cinco años, cuando fue abordada por los fugitivos y los delincuentes la llevaron a una zona boscosa, donde fue violada y asesinada con dos disparos en la nuca y su cuerpo fue hallado cinco días después, el 2 de mayo, en una zona rural del condado de Hamilton.
Y ambos hombres fueron capturados tras un tiroteo con la policía en Mississippi, y posteriormente condenados por asesinato, violación, secuestro y robo por lo que en el juicio, ambos intentaron culparse mutuamente del crimen y el jurado recomendó de forma unánime la pena de muerte para ambos, pero Hamilton falleció en prisión en 2023 antes de que se ejecutará su sentencia.
En sus palabras finales, Wainwright también criticó duramente al sistema judicial de Florida, al que calificó como “descompuesto”, e instó a continuar luchando contra la pena de muerte y acusó a su abogado defensor, Baya Harrison, de haberlo representado de forma ineficaz durante años.
El reverendo Jeff Hood, quien acompañó a Wainwright en sus últimos momentos, aseguró que el condenado rechazó su última comida para centrarse emocionalmente en sus seres queridos. Hood, quien ha estado presente en otras ejecuciones, señaló que esta no fue “tan limpia como otras”, aunque no se trató de un fallo en el procedimiento.
INFORMACIÓN: EL HERALDO DE MÉXICO
