En redes sociales y medios locales se han reportado avistamientos de pez diablo en costas de México, considerado como un plaga altamente invasiva que afecta los peces locales, sobre todo en los estados de Veracruz, Quintana Roo y Nuevo León donde se ha reportado la presencia del pez diablo en sus cuerpos de agua.
En regiones como Veracruz, particularmente en los ríos Coatzacoalcos, Jaltepec y Chiquito, así como en afluentes cercanos a Tabasco, los pescadores denuncian que el pez diablo ha invadido completamente estas aguas. En la zona de “El Tortuguero”, se estima que diariamente se capturan hasta 1,500 ejemplares, los cuales terminan siendo desechados debido a que carecen de valor comercial y no tienen uso alimenticio.
En el estado Nuevo León se han reportado recientes avistamientos del pez en cuerpos de agua como el Río Ramos, en Montemorelos, y la presa El Cuchillo, en el municipio de China, incluso se han documentado escenas de grupos de estos peces fuera del agua, aparentemente muertos, lo que indica una expansión sin precedentes.
En febrero pasado, como una medida inicial, el Instituto de Biodiversidad y Áreas Naturales Protegidas de Quintana Roo (Ibanqroo), junto con otras instituciones, formó la primera brigada de captura e investigación del pez diablo en la Laguna de Bacalar.
¿Por qué es peligroso el pez diablo?
Esta especie, originaria de Sudamérica y conocida también como plecostomus o pleco, fue introducida a México como pez ornamental para peceras. Sin embargo, fuera de ese entorno se ha convertido en una plaga altamente invasiva que está afectando seriamente a los ecosistemas acuáticos y a la economía de las comunidades pesqueras.
El plecostomus representa una seria amenaza para la biodiversidad local, no solo compite con especies nativas por alimento y espacio, sino que además consume los huevos de peces como la mojarra y el camarón, reduciendo drásticamente sus poblaciones.
Su capacidad de adaptación es notable: puede sobrevivir hasta 24 horas fuera del agua y, si se encuentra cerca de un río o lago, es capaz de regresar por sí mismo, lo que dificulta su control. Sus escamas duras y espinas en las aletas y el lomo suelen rasgar las redes, incrementando los costos para los pescadores que ya enfrentan pérdidas por la disminución de especies comerciales.
INFORMACIÓN: EL HERALDO DE MÉXICO