Hace dos semanas Romina Castán terminó la primaria, hoy está lista para subir a la báscula de la pelea que marcará un antes y un después. Este sábado, en Veracruz, La Bambita Castán tiene la mirada fija en un objetivo que pocos se atreven a pronunciar a su edad: convertirse en la boxeadora profesional más joven de la historia.
Con solo 12 años debutará en el terreno de paga entrelazando su vida de estudiante con una disciplina que conoció desde la cuna.
Mi papá es boxeador y entrenador. Un día llegó del gimnasio y le pedí que también me llevara”, recordó Romina, hija de Isaac “La Bamba” Castán.
A los seis años se puso los guantes por primera vez, a los ocho hizo su debut amateur, con victoria, y desde entonces no ha parado. Suma 58 combates en el sector amateur, con un solo empate, y ahora dará el paso a lo profesional en una velada donde enfrentará a Guadalupe Medina, la primera rival que no la aventajará en peso.
El camino no ha sido fácil, pues Romina agarró la disciplina como bandera. Levantada a las cinco de la mañana, para ir a correr, antes de desayunar y tener que salir corriendo a la escuela.
Al volver, comía y me iba a entrenar y ya después, la tarea”, relata con naturalidad Romina, como si equilibrar la vida escolar y el boxeo fuera cosa de todos los días.
“La Bambita” se ha forjado entre las paredes del Bamba Boxing Club, el gimnasio familiar, donde aprendió no solo a lanzar combinaciones, sino también a soñar.
Romina Castán, la niña prodigio del boxeo mexicano
Recién concluyó la primaria y en septiembre comenzará la secundaria, pero su hoja de ruta ya está clara: seguir ganando experiencia, mantenerse disciplinada y buscar su propio lugar en la historia del boxeo.
Junto a su madrina, Esneidy Rodríguez, la actual campeona plata del Consejo Mundial de Boxeo, La Bambita está más inspirada que nunca y no puede esperar porque suene la primera campana, que no solo anuncia el anuncio de su primera pelea de paga, sino también el camino rumbo al título del mundo.
Respaldada por una preparación que lleva años en construcción, Romina afronta este debut no solo con ilusión, sino con la determinación de quien quiere dejar huella.
Este sábado será su primer paso profesional, pero no el primero en su camino al ring. Ese, lo dio hace tiempo… cuando a los seis años le pidió a su papá que la llevara al gimnasio, donde se enamoró de los guantes.
INFORMACION: EL HERALDO DE MÉXICO